jueves, 17 de febrero de 2011

La orquídea de la muerte


Todo. Absolutamente todo daría por conseguir una cura para mi enfermedad. La muerte me estaba buscando y cuando me encontrara, llegaría el fin de mis días. Un día, en el que el sol brillaba con intensidad,
que el viento soplaba con una suavidad casi celestial, ese fue el día en el que empezó mi expedición en busca de una cura, una solución a mi agonía. Había recibido la señal de que una flor , muy escasa en la zona en la que yo vivía, podia darme la solución para mi enfermedad, una orquídea.
Decían los viejos mas sabios que el nectar de esa orquídea producía una sustancia a la que los chamanes llamaban "jolikka". Me armé de todo el valor que mi cuerpo pudiera soportar, cogí mi bastón, mi arco y me aventuré hacia "el valle seco". El sol ya estaba en el cénit cuando llegué al fondo del bosque. Tardé casi toda la tarde en encontrar el mínimo rastro de una flor. Un pétalo. Un pétalo de una orquídea pisoteado por una huella que si mi instinto no me engañó, era de un lobo. Seguí caminando en busca de la flor y, casi sin darme cuenta, ya era de noche. Busqué una cueva en donde poder dormir y al cabo de un rato la encontré. Me acosté directamente sin comer siquiera, así la noche pasaba lo más deprisa posible.


Al día siguiente, decidí proseguir mi búsqueda de la orquídea. Hacia el medio día, decidí pararme a descansar un momento, pero, de repente, de entre los matorrales salió un lobo gris; de un tamaño descomunal (más grande de lo habitual, mediría lo menos un metro de alto) y saltó sobre mi. Pude agarrar el bastón pero mis reflejos no eran los mismos a causa de la enfermedad. El lobo me desgarró el brazo con sus fauces, pero no se dió cuenta de que yo le había clavado una de mis flechas en su corazón. El lobo cayó desplomado contra mis pies. Yo sangraba mucho a causa de la mordedura del cánido. En ese momento, a un lado vi algo que me alzó el ánimo. La orquídea. Allí. Al lado de aquel roble de tronco grueso. Me levanté a duras penas, la cogí y bebí su nectar y de repente sentí una sensación extraña. Como si se me parara el corazón. La vida se me escapaba por la piel, no pude aguantar más y me dejé caer, aguardando el final de mis días pero estando feliz pues, había encontrado la solución a mi enfermedad. La muerte.

5 comentarios:

  1. maxi muy bonito pero donde aparece la palabra chamán en el cuento?... te eliminas tu solo... jajajajajajajajajajajajajajaj

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  2. jajajaj pues si el solito, pero la verdad que muy bonito no parece él, yo creía que pondría más de una mamola pero veo que no jaja

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  3. no importa el cuento tenia que ir de la medicina no de chamanes aparrte... dejadme xD

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  4. Te has hecho esperar pero está muy bien. También has mantenido la tensión hasta el final. Espero leer más cositas tuyas.
    Un saludo.

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  5. saben siempree hayyy cura para todoo

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