jueves, 3 de febrero de 2011

Médicos y chamanes!!


Corría la prehistoria, en un día de esos en los que los espíritus estaban sueltos por el lugar. Yo, estaba en mi cueva, una de estas cavernas antiguas, demasiado, adornada con unas pinturas rupestres y símbolos para ahuyentar a las malas almas. Estaba junto a mi compañera Ariundu, una amiga prehistorica a la que le gustaba comer cacau (actual chocolate).
Un día me puse mala, los espíritus se habían cabreado conmigo por haberle dado una patada a la piedra mascota de Ariundu, que se llamaba Cuchucuchú. Está, muy preocupada, corrió a avisar a su hermana Mariandinax.
Ambas, creían mucho, en los espíritus de los animales y por eso, para ahuyentar a los que me atormentaban, decidieron hacer el baile del mono, invocando al gran rey gorila, Pepe. Pero, a pesar de todos sus intentos, todo fue inútil, y a Mariandinax, se le ocurrió llamar a la única persona que podía hacer algo contra estos espíritus, al Chaman.
A nuestro oídos habían llegado innumerables hazañas realizadas por ella, una de ellas era, que podía ahuyentar a las almas malévolas y atormentadas, porque a lo largo de su vida había logrado que la suya fuera una de estas. Pero a pesar de todo, lo único que podíamos hacer era pedirle ayuda.
El Chaman a simple vista, no era más que una anciana, por lo general, agradable. Vestía con pieles de oso y llevaba consigo un bastón negruzco, que tenía atados varios cascabeles, para contactar con el otro lado. Su cabellos era largo y grisáceo, aunque por las mechas oscuras que aun se podían ver, podría deducir que años atrás su pelo lucía moreno sobre sus hombros. Pero lo más curioso. era que lo llevaba recogido en dos largas y voluminosas trenzas atadas con piel de conejo y además, se veían, varías plumas de águila.
La anciana se puso manos a la obra, dejó su bastón apoyado junto a la pared y pidió a las dos jóvenes hermanas que se marcharan. Después sacó de su bolsa, unas pociones y ungüentos, hechos con hierbas sagradas, que me fue colocando sobre la frente y el pecho. El olor de los ungüentos era bastante extraño, por lo que deduje que no eran solo hiervas lo que tenía, sino también orina de algún animal.
Después de ponerme el ungüento, me dio a beber de su cantimplora, una especie de líquido que había compuesto ella misma y que llevaba algo de alcohol para hacer más ameno el proceso. Luego, dejó la bolsa a un lado y cogió de nuevo su bastón, a continuación se colocó enfrente de mi y empezó a decir unas palabras en una lengua incomprensible para mí, y sus ojos se volvieron blancos y yo me sentí mu pesada y desorientada, eso fue lo último que vi antes de desmayarme.
Cuando desperté, ya me encontraba mejor y la Chaman, estaba tomando té con Ariundu y Mariandinax , parecía que todo volvía a la normalidad y nos despedimos de ella, que partía hacia su casa perdida entre los grandes árboles del bosque.

3 comentarios:

  1. Muy bien las descripciones, me has llevado a la prehistoria y casi podía ver a la anciana.
    Recuerda fijarte en las faltas de ortografía ¿vale?
    Un saludo

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  2. JAJAJJA en la prehistoria existia el te¿? xD
    me encanta la historia Almuxi del meu cor(L)

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  3. jajajajaja
    :O
    mola xke estás tu! Ariii e_e
    te quierooo (LL)

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