Irene Maciá Sempere
En Lourdes, un pequeño pueblo de Francia por aquel entonces, hay una gruta en la que según cuenta la leyenda, a Bernardette Soubirous se le apareció la Inmaculada Concepción durante quince días. La Virgen le dijo que bebiera agua y ella pensó que sería la del río Gave, muy cercano, pero en realidad tenia que escarvar en el suelo y beber. Así lo hizo y poco después apareció un pequeño manantial del que actualmente emana muchísima agua. La gente enferma va allí para ver si tiene lugar algún milagro y pasan por la gruta rozando sus rosarios por las rocas de la gruta.
Hay muchísimas monjas que van voluntarias, llevando a multitud de enfermos en una especie de carritos por las calles y por el mismo monasterio con la esperanza de curarse.
El monasterio en si es precioso y todos los monjes cantan unas cuantas veces al día.
Buena copiada Irene.
ResponderEliminarAhí lo tienes ya bien hecho.
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